EUROPA
PRESS
11 enero
2023
Las
4 técnicas menos invasivas para hacerse un retoque facial sin pasar por el
quirófano
La especialista en Cirugía Estética
Plástica Isabel Caravantes ha destacado que las técnicas "menos
invasivas" de rejuvenecimiento facial están actualmente más demandadas que
los liftings, ya que el "postoperatorio es mucho más leve" y el
tiempo de recuperación es "poco o ninguno".
La primera de ellas es el ácido hialurónico. Tal y como
explica Margarita Rodríguez de Azero, secretaria
general de la AECEP, es una sustancia natural que está presente en el cuerpo de
forma habitual. "Pero, con el paso del tiempo, ese ácido hialurónico que
poseemos en la dermis se va perdiendo, reflejándose externamente con la
aparición de arrugas y la pérdida del contorno del rostro. Para disminuir su
pérdida progresiva es posible aportar de forma externa ácido hialurónico con
microinyecciones. Este aporte permite hidratar la piel, reponer el volumen
perdido y eliminar las arrugas de una forma sencilla y
discreta", explica.
Los rellenos faciales forman parte de un tratamiento médico
rápido y poco doloroso. Beatriz Berenguer, vicesecretaria de la AECEP, confirma
que el ácido hialurónico es capaz de retener agua y estimular la producción de
colágeno, por lo que su efecto se prolonga en un plazo Entre 6 meses y 1 año.
Además, es reabsorbible, por lo que no hay límite exacto de dosis ni de
sesiones. Varían entre cada paciente.
Al igual que el 'baby bótox', este tratamiento ayuda a
prevenir los signos de la edad, y es por ello que se puede comenzar a aplicar a
partir de los 25 años. Algunas diferencias entre el 'baby bótox' y el ácido
hialurónico son la zona de aplicación, ya que en el bótox se aplica en los
músculos faciales y con el ácido hialurónico se aplica directamente en la arruga.
En el plazo de renovación del tratamiento también hay una diferencia: mientras
que el bótox se renueva cada 6 meses, con el ácido hialurónico se puede esperar
hasta un año para volver a aplicarlo.
Hilos tensores
Otra técnica son los hilos tensores. Según la presidenta de
AECEP, Isabel Moreno, "los hilos tensores son unos hilos finos utilizados
para rejuvenecer el rostro. Se pueden aplicar tanto para eliminar las arrugas y
la flacidez facial, como para levantar las cejas o, incluso, para redefinir el
óvalo de la cara y el contorno de la mandíbula", comenta. Explica que el
efecto en teoría es de lifting, aunque, basándose en su experiencia, aclara que
no es así, y por ello se cambió el título de lifting sin cirugía, por el de
material de relleno.
En cuanto a los tipos de hilos tensores, Moreno explica que
existen dos: los permanentes, que están hechos de propileno, y los temporales,
hechos con diaxanona, material que en unos años se
reabsorbe por el organismo sin necesidad de operación. Es un tratamiento que
permite combinarse con otros procedimientos, como por ejemplo el bótox. Además,
es una técnica flexible, ya que pueden insertarse más hilos en el momento que
el paciente lo desee.
Julio Terrén, cirujano plástico y
miembro de la AECEP, afirma que, en la actualidad, los pacientes de estética
buscan tratamientos que sean poco invasivos o no quirúrgicos. En este sentido,
los hilos tensores cuentan con la ventaja de que su recuperación es inmediata,
son aplicados con anestesia local y no dejan cicatrices ni marcas a la vista.
Otra técnica que ya es tendencia desde hace unos años es el
'baby bótox'. "Permite lucir una piel sin arrugas por mucho más tiempo,
previniendo desde una edad más temprana estos signos de la edad. La técnica de
este procedimiento estético se basa en aplicar la toxina botulínica en dosis
muy bajas, inyectándola en los músculos donde en un futuro se pueden generar
marcas de expresión o arrugas. Así, este tratamiento ayuda a prevenir el
envejecimiento futuro de las zonas faciales que tienen más tendencia a
envejecer", comenta Terrén. Este tratamiento es
más frecuente en pacientes entre 25 y 30 años que no constan de fuertes líneas
de expresión o que aún no han aparecido.
Estos expertos también mencionan el bótox. Al igual que el
'baby bótox', aunque mínimamente más invasivo que el anterior, es uno de los
más demandados y es frecuente en pacientes a partir de los 30/35 años. La
técnica consiste en aplicar el bótox en dosis más altas que en el tratamiento
de 'baby bótox', inyectándola en aquellas zonas donde el paciente quiere
rejuvenecer o mejorar la apariencia facial. Por lo general, el bótox suele
aplicarse en el techo superior de la cara.
Para entender un poco mejor en qué consiste esta técnica,
Moreno lo define como una sustancia que actúa de forma selectiva en los
pequeños músculos responsables del gesto, "cuya repetitividad determina la
aparición de arrugas y surcos". La eliminación de estas arrugas se produce
por la inmovilización y relajación de determinados músculos faciales.
Este tratamiento permite revitalizar y rejuvenecer,
eliminando las arrugas y dejando la piel más tersa. Otra utilidad del bótox es
el tratamiento de problemas de excesiva sudoración en diferentes partes del
cuerpo, como axilas, manos o pies.
"Lo más importante es ponerse en manos de un buen
especialista, que será el que aconseje a la paciente la técnica que necesita
para mejorar su aspecto. El uso de las mismas depende de la edad, estado y
calidad de la piel. Hoy en día disponemos de muchos tratamientos y cada uno
estaré indicado según el tipo de paciente", concluye Moreno.